ENSAYOS DE PERSUASIÓN
John Maynard Keynes
Introducción.
“La depresión mundial reinante,
la enorme anomalía del desempleo y un mundo lleno de necesidades, los
desastrosos errores que hemos cometido, nos impiden ver la verdadera
interpretación bajo la superficie de lo que está ocurriendo.”
J.M. Keynes”
Ensayos de Persuasión” en “Las posibilidades Económicas de
Nuestros Nietos”
Este libro se consideró
como una reunión de escritos dirigidos a una audiencia popular, ya que es fácil
de entender gracias a su lenguaje llano; además, ayudaría a otorgar a Keynes la
notoriedad entre el público general que ya poseía entre los economistas. John Maynard Keynes economista
británico, tuvo un gran poder de influencia decisiva entre los teóricos,
analistas y políticos del siglo XX. También hay que tener en cuenta su decisivo
papel durante la Segunda Guerra Mundial y sobre la inmediata posguerra. No
obstante, a pesar de tanto como las guerras como las crisis económicas fueron
notas constantes en el contexto histórico del autor, muchas de sus teorías
siguen en validez y en utilidad a día de hoy.
Después de leer el libro de “Ensayos de
persuasión”, de John Maynard Keynes podemos tener una idea clara a cerca de los
diversos temas tratados por el autor a lo largo de toda la obra; temas como las
consecuencias del tratado de paz, como afectan los cambios del valor del dinero
a la sociedad, el retorno del patrón oro, etc. … Además, Keynes se atreve a
hacer una predicción de cómo será la vida de una generación 100 años posterior a
la suya.
En pocas palabras.
Como hemos dicho en la introducción, este
libro trata varios temas, por lo que vamos a dividir el resumen en diferentes
partes.
Primeramente, el autor habla de las
consecuencias económicas del Tratado de Versalles, pero no solo de las
reparaciones que corren por cuenta de Alemania, sino también de la deuda
interaliada.
Keynes considera las sanciones impuestas a Alemania
tras la guerra excesivas, sanciones que el país pagara anualmente mediante
exportaciones, siendo estas mayores que las importaciones. Esto tuvo como
consecuencia clara un problema de sostenibilidad de la economía nacional en
Alemania, ya que no contaba con el excedente suficiente como para hacer frente
a todos los pagos impuestos en el tratado de paz. Además, el autor manifiesta
su temor a una venganza por parte de Alemania si se llevan a cabo todas las
pautas estipuladas en el tratado.
Keynes expone en el libro una serie de
propuestas, ya que lo considera inviable e injusto.
En
primer lugar, una reducción de la deuda impuesta a Alemania y aumentar el
número de plazos anuales para completar el pago de la deuda y que los pagos
fueran entregados en la forma que le conviniera a los alemanes, cosa que se
consiguió en 1929 con el Plan Young, que reducía la cuota anual y aumentaba el
plazo para completar el pago a 37 años, hasta que finalmente, en 1931, se
suspendió el pago de las reparaciones y deudas de guerra. Respecto al carbón y
el hierro Alemania solo tuvo que compensar a Francia con carbón por la
destrucción de sus minas. Posteriormente se estableció una Unión de librecambio
en la cual las mercancías y personas tenían libertad de movimiento, lo cual
propulsaría la paz y la prosperidad del mundo.
En
segundo lugar, se propuso un arreglo de deudas entre los aliados, se hicieron
dos proporciones financieras que consistían en cancelar la deuda entre los
aliados, empezando por que Estados Unidos no exigiera el pago de lo que le
debían los países europeos.
En
tercer y último lugar, se propuso en empréstito internacional como auxilio
financiero, donde la le tocaría proporcionar los recursos inmediatos a Estados
Unidos, el cual, es de suponer que no estaría muy de acuerdo con ello, ya que
nadie le aseguraba que su ayuda fuera a ser bien invertida. El plan Dawes, que fue un programa de apoyo de los EEUU, que, según las
estimaciones de Churchill, Reino Unido recibiría 32 millones de $, tendiendo q
devolver 32.800.000 $. Uno de los puntos a destacar de este proyecto es que se
defiende que estas subvenciones eran necesarias si se querían rebajar las
sanciones impuestas a Alemania. Los países debían organizar el
dinero recibido y destinarlo principalmente a la obtención de alimentos y el
pago del préstamo. Keynes creía que para llevar a cabo el cambio en Europa
debían imponer las fuerzas educadoras que consiguieran cambiar la opinión y
creo que a la larga esto se consiguió y Europa consiguió resurgir de sus
cenizas.
En la segunda parte del libro, Keynes
habla de como le afectan a la sociedad las fluctuaciones del valor de la
moneda, inflación y deflación. El autor defiende que con estas subidas en la
inflación cada mes, las relaciones entre deudores y acreedores quedan tan
desordenadas que carecen de sentido, convirtiéndose así el proceso de obtención
de riqueza en un juego en manos de la especulación; pero para el autor es peor
la deflación, ya que a través de la reducción de la oferta ante la caída de las
ventas y una demanda que restringe el consumo, hay un empobrecimiento directo
de la sociedad y un aumento de los niveles de desempleo. Para hablar de ello
hace una comparación entre la situación de Francia y Reino Unido.
Para arreglar esta situación Keynes habla
del ahorro y del gasto; los precios están más bajos que antes de la guerra,
pero los costes son mayores. Podríamos suponer que es una ventaja para los
consumidores que las cosas estén más baratas, pero no, porque únicamente se
puede consumir aquello que se produce, y si los costes están demasiado altos,
la producción cae. Por otra parte, el ahorro aumenta el desempleo ya existente,
por lo que Keynes anima al consumo, colocándoos en una posición expansiva,
generadora de empleo.
En tercer lugar, el autor da su opinión
sobre el retorno del patrón oro, mostrando claramente una férrea oposición.
Argumenta que la inestabilidad monetaria viene causada por el patrón oro, tanto
por el fracaso de las monedas para mantenerse estables en términos de oro, como
por el fracaso del propio oro para mantenerse estable en términos de poder
adquisitivo. La crisis de 1929 “rompió con las cadenas doradas”, se termino con
las restricciones de crédito y se reactivó la economía, Keynes llama a estas
restricciones “cadenas”, porque según su criterio era lo que paralizaba la
economía nacional. El autor anima al banco de Inglaterra a que revise sus
políticas de crédito fácil y propone la creación de un arancel fiscal.
En la cuarta parte Keynes se centra en el
tema de la política, primero habla de la situación de Rusia, y de la creciente
religión comunista, él considera que la planificación es obsoleta y se
posiciona en contra de la exaltación del proletariado por el mero hecho de
serlo. Después habla del “laissez-faire”, el dejar
hacer, teniendo como principios básicos la libertad máxima del individuo y la autorregulación
del mercado. Keynes se opone de manera rotunda, ya que considera que una
economía sin una autoridad fuerte que controle y coordine las actividades tiene
poco futuro. El fin del “laissez-faire” se produce en el momento en el que las
fuerzas del mercado no son suficientes para el manejo de los problemas
económicos, razón por la cual debe entrar a intervenir el Estado con políticas
flexibles que logren la estabilidad económica necesaria.
En
la siguiente parte Keynes se atreve a hacer una predicción que se ubica entorno
a 2030, haciendo ante un retrato de su actualidad, en la cual la crisis y la
depresión de postguerra eran notas presentes. Keynes estimó que en ese lapso
los países desarrollados resolverían los problemas básicos de la subsistencia y
que entonces sería posible disfrutar los auténticos placeres de la vida. El
resultado sería un sostenido crecimiento económico, el cual estaría acompañado
por una reducción sustancial del tiempo dedicado al trabajo. Con respecto al
crecimiento, Keynes predijo que el ingreso per cápita aumentaría entre cuatro y
ocho veces con respecto a 1930, lo cual equivale a un crecimiento anual
constante, a lo largo de los 100 años, entre 1,4 y 2,1 por ciento. Además,
Keynes creía que la gran crisis sería pasajera “Estamos sufriendo… los
dolorosos reajustes entre un período económico y otro” y, anticipándose a
desarrollos posteriores de la teoría económica del crecimiento en el largo
plazo, apreció apropiadamente las consecuencias de la acumulación de capital y
del cambio tecnológico “En unos pocos años… seremos capaces de realizar todas
las operaciones de agricultura, minería y manufactura con la cuarta parte del
esfuerzo humano a que estamos acostumbrados”. Según Keynes, la dificultad
esencial radica en que el aumento de la eficiencia técnica sucede más rápido
que lo que podemos combatir con la absorción laboral. Todo esto dependería de las 4 variables:
capacidad de evitar guerras y desavenencias civiles, control de la ciencia y la
tecnología, poder de controlar la población en cuanto a temas de natalidad, …,
y la tasa de acumulación fijada por la diferencia entre nuestra producción y
nuestro consumo.
En
la ultima parte del libro el autor habla de como pagar la 2ª Guerra Mundial,
propone dos medios, el aumento de la producción y el aumento de los impuestos
directos sobre la renta; haciendo así que sean los ricos quien paguen más,
evitando así una futura inflación. Además de esto hace una serie de propuestas
sobre el ámbito civil, como la protección de cualquier reducción en el consumo
corriente, mejorar la posición económica de las familias y apoyar los
sindicatos; y en el ámbito económico, apuesta por importar todo lo posible, máxima
libertad de elección, la provisión de una recompensa como incentivo al riesgo y
sustraer del mercado una proporción adecuada del poder adquisitivo de los
consumidores.
Según Keynes.
De forma muy resumida, en la primera parte, “Tratado
de Paz”, el ensayo “Propuestas para la Reconstrucción de Europa” es central.
Por ejemplo, en su tercera propuesta referida a la reparación de daños, es
decir, a la factura alemana por la guerra, indica que no se puede colapsar a
Alemania en cuanto a pagos imposibles. Anticipa problemas importantes de
hacerse así…
“Hay indemnizaciones estipuladas que no
pueden ser exigidas sin graves daños al renacimiento industrial de Europa, y
que será en interés de todos hacer más tolerable y moderado” … (…) “Mediante la
fijación de los pagos de reparación dentro de la capacidad de pago de Alemania,
hacemos posible la renovación de la esperanza y de las empresas dentro de su
territorio y evitamos la fricción perpetua y el sesgo de una presión derivada
del Tratado con cláusulas que son imposibles de cumplir…”
Además, critica las “fronteras económicas”, nombradas en el resumen y habla
de un “sindicato libre” de una unión de países donde
individuos y mercancías tuvieran libre movimiento.
“Un sistema económico, en el que todos tuvieron
la oportunidad de pertenencia y sin privilegios especiales, absolutamente libre
de las objeciones de cualquier privilegiado…”
En la parte de “Inflación y deflación”, Keynes avisa de uno de los problemas
fundamentales de la economía, las oscilaciones de los precios. Habla de estas
variaciones como si fuera una plaga que carcome los cimientos de la sociedad.
“A medida que avanza la inflación y el
valor real de la moneda fluctúa enormemente de mes a mes, todas las relaciones
permanentes entre deudores y acreedores, que forman el máximo fundamento del
capitalismo, se desordenan tanto como para carecer de sentido; y el proceso de
obtención de riqueza degenera en una apuesta y una lotería.”
Pero si lo anterior es un problema, Keynes
sitúa la deflación como un problema mucho mayor. Supone un empobrecimiento
directo de la sociedad a través de una reducción de oferta ante la caída de
ventas, y una demanda que observa como restringe su consumo. Todo ello
generador de desempleo.
“La deflación que causa la caída de los
precios significa empobrecimiento al trabajo y a la empresa por parte de
emprendedores líderes restringiendo su producción, en su esfuerzo por evitar la
pérdida para ellos mismos, por tanto, desastroso para el empleo.”
Tras la gran depresión de 1930, Keynes se
plantea las siguientes preguntas:
·
¿Por qué están parados trabajadores y plantas?
·
¿Por qué los industriales no pueden esperar unas ventas sin perdida?
·
¿Cómo puede ser que los precios hayan disminuido más que los costes?
Después de analizar esto llega a la
conclusión de que los beneficios de los productores de bienes de consumo solo
pueden restablecerse o porque el público gaste una mayor proporción de sus
recursos en dichos bienes o porque una mayor proporción de la producción tome
la forma de bienes de capital.
Llega a plantearse el por qué de que haya
una producción insuficiente de bienes de capital en todo el mundo; a lo que
responde con una clara suma de la actividad reacia por parte de los
prestamistas añadida a una actitud que difícilmente puede considerarse menos
reacia por parte de los prestatarios. Argumenta que los ahorros de los
prestamistas se están empleando en financiar perdidas de los negocios y apuros
de los prestatarios, en lugar de financiar nuevo capital circulante.
Cuando Keynes habla del ahorro y el gasto
llega a una conclusión que se podría utilizar como justificación o excusa:
“El problema es de carácter internacional
y un país que depende tanto del comercio internacional como el nuestro se ve estrechamente
limitado en las acciones que puede emprender por sí mismo”.
Una vez llegamos al tema del patrón oro su postura se puede describir como una oposición
frontal a la política económica de Churchill volviendo al Patrón Oro tras la
Primera Guerra Mundial. Posición que duró poco porque la depresión de 1929
rompió las “cadenas doradas” que según Keynes paralizaban la economía inglesa.
En 1931 se termina ese anclaje y con ello las restricciones de crédito que
colapsaban la economía inglesa.
Keynes defiende que un plan solido y
constructivo debe proporcionar un método para regular la oferta monetaria y
crediticia; y un método para regular la oferta de moneda extranjera.
“Mi plan exigiría que adoptasen como objetivo
primario la estabilidad de los precios en esterlinas (…) evitándose que los precios cayeran con
ellos solo por mantener una paridad de cambio fija”
Podemos ver claramente como el autor
reserva al oro un papel importante en nuestro sistema, como ultima salvaguardia
y como una reserva para necesidades repentinas, no disponemos todavía de un
medio mejor. No obstante, insiste en que es posible obtener el beneficio de las
ventajas del oro sin obligar irrevocablemente a su moneda de curso legal a
seguir a ciegas todos los caprichos del oro y las imprevisibles fluctuaciones
futuras de su poder adquisitivo real.
Tras analizar porque Churchill se
equivocó, Keynes defiende que el Banco de Inglaterra está obligado a reducir el
crédito según todas las reglas de juego del patrón oro, actuando
conscientemente y de modo sano.
“Necesitamos animar a los hombres de
negocios a entrar en nuevas empresas, no desanimarlos como estamos haciendo. La
deflación no reduce los salarios de manera automática; sino que los reduce
produciendo desempleo”
En cuanto a la política, es Especialmente interesante es
el ensayo tercero, “el Final del Laissez Faire”. El Laissez Faire comienza a
desarrollarse en Europa en el siglo XVIII y recibe el apoyo definitivo con Adam
Smith y su “Riqueza de las Naciones”. Su idea esencial se basa en la libertad
natural e individual máxima y la autorregulación de los mercados. Era la
ideología asentada en las economías, pero Keynes se opone de manera férrea.
Indica que las políticas de libre mercado sin una autoridad que controle y
lleve las riendas de la economía tienen poco futuro. Estas son algunas de
las ideas del autor:
“No es una deducción correcta de los
principios de la economía que el interés propio ilustrado siempre opera en
interés público. Tampoco es cierto que el interés propio generalmente esté
iluminado … los individuos … que promueven sus propios fines son demasiado
ignorantes o demasiado débiles para alcanzarlos. La experiencia no muestra que
… las unidades sociales son siempre menos clarividentes que los individuos
actuando por separado. Por lo tanto, debemos resolver… según sus méritos … “
“Creo que en muchos casos la medida ideal
para la unidad de control y organización está situada en algún punto entre el
individuo y el estado moderno”
Además, Keynes habla del problema político
de la humanidad, que para él consiste en combinar eficiencia, economía,
justicia social y libertad individual.
“La primera necesita sentido, la
segunda un espíritu desinteresado y entusiasta; y la tercera tolerancia,
amplitud de miras, apreciación de las excelencias de la variedad y de la
independencia, que prefiere dar oportunidades libres a lo excepcional y a lo ambicioso”.
En la parte en la que Keynes habla de
futuro se incorpora un ensayo
emblemático “Las Posibilidades Económicas de Nuestros Nietos”. Lo
presentó en la Residencia de Estudiantes en Madrid en 1930 por tanto justo
después de la Depresión del 29. Probablemente es su ensayo más conocido. El
trabajo es especial porque no es nada usual que un economista haga una ficción
especulativa con un período de un siglo, pero Keynes lo hizo. Y lo que es más
importante, su previsión prácticamente se ubica en nuestros días, por lo que
podemos verificar si lo que dijo es lo que sucede. Y bien, ¿qué pronosticaba
Keynes?
Primero hizo una fotografía de su actualidad, la que
imperaba en los años 30. Años de fuerte crisis por la depresión y por los
períodos posguerra.
“La presente depresión mundial, la enorme anomalía del desempleo en un
mundo lleno de necesidades, los desastrosos errores que hemos cometido, nos
ciegan para ver lo que realmente está sucediendo bajo la superficie, la
verdadera interpretación de las tendencias que están ocurriendo. Por eso
predigo que los dos errores opuestos consecuencia del pesimismo y que hacen
tanto ruido hoy en día se probarán falsos en nuestro propio tiempo: el
pesimismo de los revolucionarios que piensan que todo está tan mal que nada nos
puede salvar salvo el cambio violento; y el pesimismo de los reaccionarios que
consideran que el equilibro de nuestra vida económica y social es tan precario
que no podemos arriesgarnos con experimentos.”
Se hizo dos preguntas directas:
“¿Qué podemos esperar razonablemente sobre nuestro nivel de vida
económico dentro 100 años? ¿Cuáles son las posibilidades económicas de nuestros
nietos?”
Y se respondió de forma clara y
contundente. Su respuesta la limitaba por la evolución cuatro variables. La
acumulación de capital y su limitación, la generación y difusión de tecnología,
el control de los procesos demográficos y la capacidad de la sociedad de evitar
conflictos bélicos. Ahora conocemos la evolución de esos factores, pero Keynes
en 1930 no. Sin embargo, había un rasgo de optimismo en su predicción
económica.
“Todo esto quiere decir que en el largo plazo la humanidad está
resolviendo su problema económico. Me atrevo a predecir que el estándar de vida
en los países desarrollados, de aquí a cien años, será entre cuatro y ocho
veces más alto que el de hoy. (…) Mi conclusión es que, dentro de cien años,
asumiendo que no haya guerras importantes ni aumento importante de la
población, el problema económico podría resolverse, o que por lo menos su
solución podría estar al alcance. Esto significa que el problema económico no
es – si miramos hacia el futuro – el problema permanente de la raza humana.”
Solo nos queda
mirar a nuestro alrededor… ¿El problema económico hoy en día no es un problema
permanente para la raza humana?
Bibliografía.
ENSAYOS DE
PERSUASION, JOHN MAYNARD KEYNES
SINTESIS - 9788497566124
Comentarios
Publicar un comentario