LA ESCASEZ DE AGUA Y SUS GUERRAS
La escasez de agua es un problema presente a lo largo de todo el globo terráqueo. Sin embargo, este hecho no golpea de la misma forma a todos los países. En algunos de ellos, los habitantes se han visto obligados a buscar oportunidades de vida en el exterior.
Irremediablemente, la falta de agua tarde o temprano conllevaría a guerras y enfrentamientos, además de un intento por parte de los gobiernos de controlar dicho recurso, algo que ya hemos visto desde hace ciertos años, desde que diversos países se han visto obligados a racionar el agua.
Dicha cuestión ya nos habría golpeado por ejemplo en 2017, provocando "la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial", en la que millones de personas se tendrían que haber desplazado imperiosamente debido a la falta de comida y los diversos enfrentamientos.
Peter Gleick, director del Pacific Institute con sede en Oakland, California afirmó: "Con muy raras excepciones, nadie muere literalmente de sed, pero cada vez más personas mueren a causa de agua contaminada o debido a conflictos por el acceso al agua".
La agricultura representa el 70% del gasto del agua dulce del planeta. Sería por esto que la mayor parte de los conflictos relacionados con el agua estarían a su vez relacionados con dicha actividad.
Estudios realizados clasifican los conflictos del agua en tres, en los que en cada uno de ellos el recurso ocuparía un papel distinto: desencadenante (lucha por el acceso y control); arma (utilizándose para hundir comunidades por ejemplo); y blanco (recursos hídricos o las plantas de tratamiento blancos de ataque).
La Herramienta de Alerta Temprana Global, creada para emplear la inteligencia artificial y poder así predecir futuros conflictos, habría establecido 2.000 posibles puntos conflictivos, con una tasa de precisión del 86%, teniendo en cuenta datos sobre lluvia, malas cosechas...
Entre las posibles medidas que se podrían tomar en favor de reducir el consumo de agua cabría destacar abordar la corrupción y reducir la extracción desmedida para agricultura, aumentar el precio del agua para reflejar el verdadero costo de proveerla o emplear técnicas como la desalinización del agua de mar.
Es cierto que llegamos tarde para frenar la escasez de agua, pero quizá aún no lo es lo suficiente como para no poder evitar los conflictos que la falta desmesurada de dicho recurso podría suponer. Es trabajo de todos que el agua no pueda constituir el motivo de la Tercera Guerra Mundial.
Un tema actual y muy importante del que todos deberíamos concienciarnos
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